Pura impotencia

"El hincha pide cambio de técnico"  

El Rayadito volvió a decepcionar una vez más en el campeonato. Empató 1-1 contra River y nuevamente demostró un muy bajo nivel futbolístico.

Quizá era la última oportunidad para el DT Humberto Ovelar, para demostrar que está capacitado para ser el entrenador que el Sportivo San Lorenzo necesita. Sin embargo el equipo volvió a demostrar un nivel que hace dudar de la capacidad del actual estratega, y por supuesto que de varios jugadores.

El Rayadito ganaba un partido sin ningún mérito, porque el equipo jugó con muy pocas ideas futbolísticas plasmadas en la cancha, así como en la gran mayoría de los partidos disputados en este campeonato.

Evaluando el onceno, definitivamente no funcionó. No funcionó la improvisación de Ovelar a la hora de ponerlo a Cristhian Maciel como enganche, como era de esperarse.

Todo bien, nada se perdía con probarlo. Pero una vez que se notó que Maciel no estaba rindiendo ya debió cambiarlo de posición; gran equivocación de Ovelar.

Con un partido aburrido en los dos lados, tanto de parte del Rayadito como el de River, con un fútbol demasiado mediocre, el primer tiempo se cerró con el 0-0.

Se pensó que Ovelar realizaría algunas modificaciones. Pero ese equipo que no respondió a las expectativas volvió en la complementaria de la misma manera. No solo por el onceno, sino por la misma actitud, que un equipo que aspira a grandes cosas no puede tener.

A lo largo del partido el Rayadito apeló a algunos recursos extremos para llegar al gol. Pelotazos aquí y allá, córners y algún tiro libre que pueda ser bien ejecutado.

La primera variante fue Santiago Benítez quien reemplazó a Maciel. Fue un cambio sorpresivo; no porque Maciel haya jugado un buen partido -que por cierto no fue así-, sino porque se daba la posibilidad de que Maciel y Benítez jueguen como extremos y puedan funcionar mejor así. Pero el cambio se hizo y el equipo siguió jugando casi del mismo modo, pero con un poco más de velocidad. Y se empezaron a generar acercamientos continuos al área rival.

Y en una de esas jugadas le cometieron una falta a Adalberto González al borde de la medialuna. Del tiro libre se encargó Hugo Aquino. Remató y el portero de River dio revote, que fue aprovechado por Álex López a los 17’ del ST. Un gol idéntico al que Adalberto González le marcó a Caaguazú.

De esa manera el Rayadito se puso en ventaja. Sin embargo no se hizo mucho para defender el resultado y el equipo siguió con una pobre imagen futbolística.

El conjunto de River llegó al empate a los 37’ ST a través de Rodolfo Miranda. En una pelota perdida por Carlos Pereira, que quedó mirando cómo los jugadores de River ingresaban al área, y Miranda definió ante la vista “nublada” del arquero López.

Baldazo de agua fría, a pesar de que se estaba ganando de una manera quizá hasta injusta. Aun así había cierta tranquilidad, por el ambiente tenso con el que se trabajó durante la semana y además por todo lo que se habló y se criticó.

El encuentro terminó con el 1-1 y con varias caras largas que se veían en la zona preferencial del los “Jardines del Kelito”. El técnico fue el blanco de las críticas y no era para menos. 

Varios futbolistas se retiraron del campo de juego con lágrimas en los ojos, como si estuviera todo perdido. Una muestra clara de la impotencia.

El conformismo y los caprichos de varias personas están haciendo que se empiecen a sufrir las consecuencias. Humberto Ovelar ya está aplazado y no hay mucha vuelta que dar. ¿Habrá cambios? Quizá. No es tarde para empezar de nuevo. Hay plantel para revertir las cosas; y si a eso se le va acompañado el trabajo dirigencial; este proyecto, que tiene como fin depositarlo al Rayadito a Primera, se podrá cumplir como corresponde.