[Editorial] Ante las apreciables irregularidades en el Mercado Florida, fue oportuno el pedido de interpelación al Administrador del Mercado, Eduardo Guasp; quien es cuestionado por permitir que los salones comerciales sean utilizados como depósitos, así como para otros propósitos que nada tienen que ver con los objetivos del Mercado. Lo que finalmente no permite su adecuado funcionamiento.
El miércoles pasado en la sesión de la Junta Municipal el Concejal Osvaldo Gómez (PLRA), quien fue designado junto al Concejal Hugo Lezcano (ANR) para investigar la problemática del Mercado, presentó a la plenaria un informe donde se confirma que el 80% de los salones son utilizados como depósitos de mercaderías. En aquel momento el Concejal Gómez indicó que a la vez cuentan con puestos de ventas en el Mercado Central. Por otra parte, recordó que varios de los trabajadores del lugar fueron a solicitarle al cuestionado Administrador para que se habiliten los demás salones, de modo a que el Mercado tenga mayor movimiento. Sin embargo este los recrimina…
Por aquel entonces Gómez consideró oportuna una interpelación a Eduardo Guasp por las razones expuestas. Por lo que la Junta Municipal finalmente resolvió interpelarlo mañana.
Lo llamativo de aquella sesión fue que a los concejales colorados pareciera no importarles, puesto que no parecían muy interesados en la interpelación, y mucho menos en la aclaración o solución del problema. Es más, el Concejal Hugo Lezcano no ha presentado su informe por escrito, decía que solicitaría al Administrador en cuestión.
Es una pena que las autoridades no muestren un verdadero interés en levantar comercialmente este lugar, como así lo prometieron en su momento: “Un Mercado modelo”.
Urge poner fin a esta inoperancia e irregularidad, el Intendente Albino Ferrer debería ir pensando en abrir un sumario administrativo. Porque aquí no solo está el problema en que los salones estén propiamente cerrados, también como confieren los espacios, ya que los trabajadores del lugar denunciaron en su momento privilegios, debido a que muchos de los que usufructúan estos locales son funcionarios municipales, incluso se sospecha de algunos concejales, en otros casos comentan que son utilizados como “salones de masaje” o peor, que fueron vendidos.
Como ya lo asegura una parte de un conocido proverbio: “El que nada debe, nada teme”. A estos efectos, es de esperar que el Intendente no ponga trabas para el esclarecimiento de este nuevo escándalo, y permita que el señor Guasp sea sometido a la interpelación. Y mucho menos que Eduardo Guasp aplique la “ley del ñembotavy” evadiendo la solicitud de la Junta Municipal, como ya irresponsablemente otros directores lo aplicaron a rajatabla.

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