Cómo cuesta

Por Sergio Velázquez

Le cuesta tanto a este equipo ganar. Le cuesta tanto convertir. Le cuesta tanto mantener rachas positivas. Le cuesta tanto respaldar la esperanza e ilusión que algunos aún tienen por subir a Primera División. ¡Cómo cuesta, ché!

El calificativo a este caso bien podríamos compararlo con la bipolaridad. De un día para otro, o de una semana para otra. Primero felices, luego tristes. Convencemos, luego no. Ganamos, luego no. Y así es hasta ahora San Lorenzo, con los tres entrenadores que pasaron durante esta temporada; notable.

El fútbol es momento, cierto. Un día podés jugar bien y otro día mandarte un partido de mierda, pero ¿será normal tanta irregularidad?

Una categoría que evolucionó bastante con respecto a la regularidad; mírenlo a Independiente. Así tenés que ser bastante "creedor" para -valga la redundancia- creer; en un equipo que no brinda una credibilidad futbolística, que debería de tenerlo como "aspirante al ascenso".

Más que Independiente, más que Caaguazú y los "parientes ricos" de arriba, la enemiga más difícil, más dura, que este año ha tenido San Lorenzo, fue sin dudas la ineficacia. Fue la gran culpable de que partidos "ganables" no culminaran como tal y si hoy San Lorenzo está donde está es por eso, porque en el 90% de sus partidos ha sido superior a sus rivales.

Un equipo que sólo consiguió marcar más de dos goles en dos partidos y que no ha logrado ganar más de dos partidos seguidos. Ese es San Lorenzo, y así, cuesta soñar.