Por Sergio Velázquez
Si San Lorenzo jugaba así como lo hizo ayer contra Liberación, probablemente estaría peleando lo que fue el objetivo en un principio, probablemente la ilusión de subir a Primera seguiría más encendida que nunca y probablemente cada vez que juega de local el "Gunther Vogel" estaría repleto.
Sin embargo, estos chispazos, estos momentos, no siempre se dan. No se dieron en momentos claves, contra rivales que, al igual que ayer contra Liberación, debieron ser goleados. La irregularidad de este equipo deriva a esto; teniendo la posibilidad de jugar de esta manera, lastimosamente lo que se va a seguir persiguiendo, por el momento, es la escapada de la zona de descenso.
Éste no fue un "gran partido" de San Lorenzo. Desde el punto de vista futbolístico no fue una "máquina", no lució tanto como aquella vez contra Fernando (el mejor partido, por lejos), pero fue lo que no fue en varios compromisos. Fue práctico, simple, contundente y supo administrar los momentos en los que debía monopolizar la pelota y en los que debió ser punzante.
Jugando así no se da la garantía de ganar campeonatos o partidos. No nos referimos a eso, sino a las probabilidades en cada encuentro. Un equipo que, no luciendo, fue mejor que varios de sus rivales, pudo haber sacado mejores resultados si es que estabilizaba una forma de jugar, como la de ayer, por ejemplo.
Cuando un equipo gana de esta forma, da la muestra de lo que es capaz. Uno siempre espera que esas cosas se den inmediatamente la semana siguiente, más cuando las necesidades son como las que tiene el equipo sanlorenzano. Pero está la incertidumbre, porque este equipo de San Lorenzo jamás brindo la garantía de ser un equipo estable y ya es hora de que empiece a serlo.
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