Las contradicciones y la falta de información institucional entorno al desalojo de vendedores informales de calles y veredas hacen pensar inevitablemente que alguien está mintiendo.
Primeramente los concejales aseguraron que desde la Comandancia de la Policía Nacional recibieron el pleno respaldo para el desalojo y que era simplemente una cuestión de tiempo para llevar adelante el procedimiento; a modo de variable, hace poco el concejal Nelson Peralta dijo que se está trabajando en la compra de un predio sobre 14 de Mayo para sus respectivas reubicaciones. Contrariamente el intendente Albino Ferrer manifestó el pasado 9 de agosto a Telefuturo que no tiene el apoyo de la Policía Nacional, y como si fuera poco, reveló contradictoriamente al programa Algo Anda Mal (AAM) que no tiene “el coraje para desalojar”, habida cuenta de una orden de desalojo. Lo llamativo es que el intendente aparentemente está totalmente desinformado de lo que el concejal Peralta indicó o simplemente no le resulta políticamente viable, pues se supone que él debe ser el más informado del caso.
Por otro lado, varios senadores se mostraron muy interesados en resolver esta problemática, que pareciera más bien una intención pro electoralista. En este tren de situaciones propusieron como alternativa la próxima estación del metrobús, ubicado sobre Julia M. Cueto y que sería propiedad del MOPC.
Cabe mencionar que desde siempre el mercado estuvo en el interés electoral y económico, en lo que respecta al primer caso, supuestamente muchos trabajadores de otras ciudades a cambio de algún beneficio votan en San Lorenzo –se tendría que investigar–, en otros casos simplemente una minoría de sanlorenzanos, de ahí la famosa expresión “solo el 6% son sanlorenzanos”, pero que en realidad se hallan comprendidas en lo general, lo que los convierte para todos en un interesante “bocadillo electoral”. Mientras que el segundo, hasta el último feroz incendio, el Ejecutivo cobró de manera irregular por el usufructo de espacios en calles y veredas, otro de los factores que permitió por mucho tiempo crecer este desorden, aunque una persona denunció a través de Noticias PY no hace mucho que supuestamente pagó por un puesto en la calle.
A juzgar por el menjunje expuesto más arriba, no existe ni una pisca de seriedad en el caso, lo que significa –y ojalá estemos equivocados– que en absoluto está en el ánimo de nuestras autoridades dar una solución definitiva a esta problemática que se viene arrastrando desde hace tiempo.
La falta de seriedad en el caso es brutal.
La seriedad así como en todos los ámbitos es indispensable para lograr credibilidad, y más porque estamos ante un tema central que se supone debe ser asunto de la máxima atención de las autoridades.
¿Quién habla con la verdad?
Solo hay dos cuestiones bien seguras, la primera es que alguien está mintiendo, y lo segundo es que la experiencia nos enseña que vamos camino al “oparei”.
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