El arranque no es el ideal

[Análisis y Opinión] En materia de puntos, obtener 6 de 12 posibles, es poco, y peor cuando 9 de ellos estuvieron en juego en casa. Estamos invictos, cierto. Pero el que quiere ver subir a San Lorenzo, no se va a conformar para nada. Yo no estoy conforme y me imagino que los muchachos tampoco lo estarán. Pero más allá de los puntos, conseguidos y perdidos, aquí hay una cosa que verdaderamente preocupa por encima de todo, que es: lo mal que se jugó contra Yegros; además de la floja respuesta de Orteman en ese aspecto (no en la formación inicial, sí en los cambios) y la localía en la que el Rayadito no logra relucirla como debería.



Por Sergio Velázquez

¡Qué exitista que somos! ¿Verdad? Ayer nomas nos maravillábamos todos con el presente del Santo, siempre más allá de los resultados; y después del partido contra Fulgencio Yegros el ambiente se volvió tenso en cada rincón del “Gunther Vogel”. Pero sí, somos bastante exitistas los sanlorenzanos y es bueno reconocerlo.

Uno esperaba que el equipo saque a relucir todo; pero pasó todo lo contrario. San Lorenzo “ganó un punto”, en un partido que mereció perder claramente, donde los “artífices de ese punto” fueron Osvaldo Romero, con una pierna, y Wilson Quiñónez en la portería. En el primero estuvo la única esperanza para llegar al gol, y bien que erró unas cuantas claras. El otro tapó todo, mientras que el resto lo hicieron los palos.

Creer que un equipo pueda pasar por encima a otro, no es menospreciar al rival, ni ninguna señal de soberbia. Si bien a veces nos engañamos con la tabla de posiciones -“Naaa, éstos son unos desastres, perdieron tres de seguido”-, más que todo, en lo que se hacía referencia era al nivel que venía exponiendo el Rayadito, que era bastante bueno y al que solo le faltaba efectividad. Pero el equipo de Orteman estuvo demasiado lejos de mostrar alguna mejoría, todo lo contrario; fue el peor partido en lo que va del torneo.

En casos como éstos lo primero que solemos hacer es buscar una razón y/o un culpable. “Faltó Diego Valdez”, “Carlos Ripoll hubiera sido últil” o “Orteman armó mal el equipo”. No, señores. Si bien considero que Valdez y Ripoll son los diferentes del plantel, el equipo no se mostró dependiente de ellos en las tres fechas anteriores. De hecho, Ripoll salió lesionado contra Liberación y no jugó ante Ovetense. Y el pasado sábado, en Oviedo, el equipo casi ni sintió la expulsión del “Mudo”, quien tampoco podrá estar en Trinidad.

¿Y el equipo? Orteman puso lo más lógico, pero hubo piezas que no respondieron como se esperaba, y fue en las modificaciones donde sí se equivocó. Cuando entró Julio Castillo quien debía salir era Alan Olmedo (el más flojo). Felipe Rivarola tampoco funcionó en la banda derecha y Orteman prefirió sacarlo a Orlando Gallardo, cuando éste y Víctor González se intercalan mejor por ese sector. Y Luis Godoy no aportó absolutamente nada, cuando ingresó por Álex Cáceres, quien se lesionó.

El campeonato recién empieza. A pesar de que solo se sumó la mitad de los puntos disputados, la tabla todavía está muy apretada. El tema es la preocupante involución futbolística de un equipo que venía siendo claro con sus ideas, que atacaba permanentemente, pero que no supo y sigue sin saber contener el medio. Así como ataca, deja que lo ataquen constantemente y es por ello que Quiñónez viene siendo figura en forma seguida.

De local no nos estamos haciendo fuertes. Ya son dos partidos que no se ganan, y si en casa no marcás la diferencia, ¿dónde más lo vas a hacer? Porque después, la eterna excusa es el mal estado de las canchas de la mayoría de los rivales. Entonces, si esa va a ser la excusa afuera, pues acá se debería demostrar lo contrario. Es un campeonato largo, donde los puntos de local son vitales, así que ya es hora de fortalecernos y comenzar a repuntar, porque el balance hasta aquí es pobre, y peor con la última imagen futbolística expuesta.