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| Instante del penal cometido a Romero./ Club Sp. San Lorenzo (Gentileza). |
San Lorenzo jugó un partido malo y no hizo méritos para ganarlo, ni aún cuando se encontraba arriba en el marcador, ya que Trinidense constantemente apeligraba el arco defendido por Quiñónez. En los pies de Rodríguez estuvo un penal que podía haber sentenciado la cosa, pero el balón pegó en el palo. La visita también erró uno, y en un momento mucho más clave y candente.
Pereira de cabeza puso el 1-0 a favor del Santo, quien en ese momento no lograba hilar jugadas y no lucía en los desbordes, pero Cáceres fue una de las figuras sobresalientes y metió un centro exquisito para que el capitán aplicara el testazo a los 24’ PT. Minutos después Ariosa vio la roja por recibir la segunda amonestación, cometiendo dos faltas igual de innecesarias que complicó de sobremanera lo que fue el desarrollo del encuentro.
Ya en el complemento el trámite se inclinó para el “Triqui”, ante un San Lorenzo que aguantaba atrás y con un par de intervenciones magistrales de Quiñónez. El equipo de Orteman apostó a los contragolpes, con el carril derecho compuesto por González y Gallardo como arma sorpresa, y en uno de ellos Romero entró al área y le cometieron penal, donde fue expulsado Arturo Aquino en el cuadro visitante. Parecía que todo se encaminaba a un expediente sentenciado, sin embargo Rodríguez chutó al palo.
Luego quien recibió otra expulsión en el partido fue “Mudo” Valdez, por cometer una falta que pareció no ser merecedora de ninguna tarjeta, y todo se volvió a complicar, hasta que la paridad se dio a través de un viejo conocido, Blas Irala.
En la parte final ya estaba para cualquiera. Pura voluntad y entrega, pero el Rayadito fue invadido por el nerviosismo, primeramente por el triunfo que se escapaba y por sentirse perjudicado por el juez, quien a los 48’ ST le concedió un penal a los trinidenses. De la ejecución se encargó Vladimir Marin y Quiñónez lo detuvo, provocando la mezcla de sensasiones de alivio y a la vez impotencia y rabia en el hincha sanlorenzano.
El blanco de las críticas terminó siendo Velázquez. Poco importó si se jugó bien o mal. Orteman se le fue encima, después cerca del vestuario de árbitros dirigentes e hinchas le dijeron de todo, y el presidente Ramón Delgado, con la rabia en los ojos como pocas veces se lo vio, afirmó que el mencionado réferi “nunca más pisará el estadio de San Lorenzo”, mientras él esté al mando. Lo llamativo fue que Velázquez ya dirigió un partido del Santo en la jornada anterior, además es recordado por haber pitado aquel partido del 2016 en Caacupé, cuando expulsó a tres jugadores sanlorenzanos.
San Lorenzo vuelve a alejarse de River en la pelea por la punta. Continúa como escolta, pero ahora compartiendo esa condición con Guaireña.
La formación del Rayadito
Wilson Quiñónez; Víctor González, Alan Olmedo, Arnaldo Pereira, Sebastián Ariosa; Juan Villamayor (Jorge Rodríguez), Rodrigo Báez, Diego Valdez, Alex Caceres (Orlando Gallardo); Osvaldo Romero y Carlos Díaz (José Vera). DT: Sergio Orteman.
Pereira de cabeza puso el 1-0 a favor del Santo, quien en ese momento no lograba hilar jugadas y no lucía en los desbordes, pero Cáceres fue una de las figuras sobresalientes y metió un centro exquisito para que el capitán aplicara el testazo a los 24’ PT. Minutos después Ariosa vio la roja por recibir la segunda amonestación, cometiendo dos faltas igual de innecesarias que complicó de sobremanera lo que fue el desarrollo del encuentro.
Ya en el complemento el trámite se inclinó para el “Triqui”, ante un San Lorenzo que aguantaba atrás y con un par de intervenciones magistrales de Quiñónez. El equipo de Orteman apostó a los contragolpes, con el carril derecho compuesto por González y Gallardo como arma sorpresa, y en uno de ellos Romero entró al área y le cometieron penal, donde fue expulsado Arturo Aquino en el cuadro visitante. Parecía que todo se encaminaba a un expediente sentenciado, sin embargo Rodríguez chutó al palo.
Luego quien recibió otra expulsión en el partido fue “Mudo” Valdez, por cometer una falta que pareció no ser merecedora de ninguna tarjeta, y todo se volvió a complicar, hasta que la paridad se dio a través de un viejo conocido, Blas Irala.
En la parte final ya estaba para cualquiera. Pura voluntad y entrega, pero el Rayadito fue invadido por el nerviosismo, primeramente por el triunfo que se escapaba y por sentirse perjudicado por el juez, quien a los 48’ ST le concedió un penal a los trinidenses. De la ejecución se encargó Vladimir Marin y Quiñónez lo detuvo, provocando la mezcla de sensasiones de alivio y a la vez impotencia y rabia en el hincha sanlorenzano.
El blanco de las críticas terminó siendo Velázquez. Poco importó si se jugó bien o mal. Orteman se le fue encima, después cerca del vestuario de árbitros dirigentes e hinchas le dijeron de todo, y el presidente Ramón Delgado, con la rabia en los ojos como pocas veces se lo vio, afirmó que el mencionado réferi “nunca más pisará el estadio de San Lorenzo”, mientras él esté al mando. Lo llamativo fue que Velázquez ya dirigió un partido del Santo en la jornada anterior, además es recordado por haber pitado aquel partido del 2016 en Caacupé, cuando expulsó a tres jugadores sanlorenzanos.
San Lorenzo vuelve a alejarse de River en la pelea por la punta. Continúa como escolta, pero ahora compartiendo esa condición con Guaireña.
La formación del Rayadito
Wilson Quiñónez; Víctor González, Alan Olmedo, Arnaldo Pereira, Sebastián Ariosa; Juan Villamayor (Jorge Rodríguez), Rodrigo Báez, Diego Valdez, Alex Caceres (Orlando Gallardo); Osvaldo Romero y Carlos Díaz (José Vera). DT: Sergio Orteman.
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