Las manos se contaminan fácilmente con infinidad de microorganismos que se adquieren en cualquier momento del día, ya sea tocando objetos dentro de la casa, en la escuela o en el trabajo, al utilizar el transporte público, el teléfono, al acudir al baño, por el contacto con mascotas, etc. De ahí la importancia en cuidar y mantener el aseo de las manos.
A través del lavado de las manos se incrementa la protección contra virus y bacterias y se disminuye el riesgo de contraer enfermedades. Los padecimientos más comunes originados por no higienizarse las manos son la diarrea y las afecciones respiratorias como la influenza o gripe, altamente transmisible mediante secreciones que son expulsada al hablar, toser o estornudar.
La higiene de manos con agua y jabón debe realizarse de manera frecuente, principalmente después de entrar en contacto con secreciones, esto es, después de limpiarse la nariz y antes de tocarse la cara, los ojos y la nariz.
También es imprescindible lavarlas antes de preparar e ingerir alimentos, después de usar el baño y sacar la basura, luego de cambiar los pañales y jugar con la mascota.
Esta práctica higiénica puede acompañarse con la limpieza y desinfección de las superficies y objetos de uso común.
Fuente: @msaludpy
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