No pasó nada que sorprenda. El mejor equipo del país ganándole a uno de los peores, porque claramente el Rayadito es de los equipos más flojos del fútbol paraguayo, y Olimpia hizo lo que debía para ir asegurando su cuarto título consecutivo.
Una vez más por goleada. Una paternidad absoluta de los franjeados, donde ganaron en los cuatro enfrentamientos. Las tres últimas veces por el mismo marcador (4-1).
San Lorenzo se puso en ventaja a través de Alejandro Toledo, el delantero no venía justificándose en sus últimas actuaciones. El gol fue sorpresivo y el marcador engañoso, porque Olimpia fue demasiado superior y sus ataques daban la sensación de que lo podía dar vuelta en cualquier momento, y no hizo falta que terminara el PT para que eso pasara. Roque Santacruz y Maximiliano Olivera pusieron el 2-1 que se ajustaba mucho más a lo que ocurría en cancha, ya que el único que hasta ese momento lo estaba impidiendo era Wilson Quiñónez.
El Rayadito se animó a salir más en la complementaria. Más allá de que en el presupuesto estaba perder contra Olimpia, sabía que una derrota complicaba y mucho su situación. Y así fue como intentó, con valentía y hasta de manera "suicida", jugarle de igual al Decano, y éste, a media máquina, sentenció las cosas con otros dos goles de Santacruz.
No había nada que hacer. San Lorenzo no tuvo argumentos futbolísticos para sacarle puntos a un equipo de una elevada jerarquía y ahora deberá hacer lo imposible para sumar los puntos necesarios la permanencia en Primera División.
Dos fechas quedan para la culminación de la temporada. Terminen como terminen los partidos de hoy, San Lorenzo seguirá fuera de la zona roja, en el peor de los casos (que General Díaz y Capiatá ganen) el Santo seguirá con una ventaja de 0,004. El punto no es ése, sino los rivales que le quedan por enfrentar, que pelearán sus objetivos hasta el último y son mucho más regulares. Primero Nacional, quien buscará desplazar al Rayadito del octavo lugar de la Tabla Acumulativa, y luego River, quien ya aseguró su permanencia y querrá hacer lo propio clasificando a la Copa Sudamericana.
El panorama del Santo, como nunca, está complicado e incierto. Depende de sí mismo. ¿Y eso es bueno? Quién sabe...
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