Desidia

[Editorial] Hace semanas la Municipalidad entregó más de 5.000 kits de víveres. Si bien la iniciativa resulta plausible, no es menos importante que también debió darle transparencia, pues ni siquiera se sabe quienes fueron los beneficiados. Por supuesto que no hubiera sido fácil, pues no se cuenta con una base de datos que determine a los sectores más vulnerables, una cuestión que deja aplazada a la Dirección de Acción Social, pero tampoco se justifica para dejar de trabajar como corresponde.


Hace semanas la Municipalidad de San Lorenzo entregó más de 5.000 kits de víveres que fueron adquiridos con sus propios recursos, asimismo gracias a la donación de varias firmas.

El kit consistió en arroz, fideo, galleta, poroto y harina. 

Según un informe de la Dirección de Prensa, las mismas fueron distribuidas a varios sectores. Sin embargo, no se tiene ningún registro.

Si bien la iniciativa del Gobierno Municipal resulta plausible, no es menos importante que también debió darle transparencia.

Por supuesto que no hubiera sido fácil, tantos años de desidia municipal, es así que no se tiene una base de datos que determine a los sectores más vulnerables.

Pero tampoco se justifica para dejar de trabajar como corresponde, estudiando los mecanismos para llegar a los más necesitados y a su vez permita transparencia.

De hecho el trabajo hubiera sido diferente si la institución municipal tuviera una política de desarrollo humano y social sustentable, pero lamentablemente a lo largo de nuestra historia la Dirección de Acción Social se ha limitado a lo muy básico. 

Para graficar el concepto como diría un conocido periodista deportivo, la Ley Orgánica Municipal 3966/2010, en su capítulo III, de las funciones municipales, artículo 12, funciones, inciso 10, e: “La implementación de programas integrales de lucha contra la pobreza”. De ahí que, bien se pudo haber creado una base de datos sobre la población para determinar la situación social. En consecuencia trabajar con instituciones que manejan programas de lucha contra la pobreza. Actualmente existen 27 instituciones que manejan 96 programas y USD 4.000 millones del Presupuesto.

Cabe recordar que a principios de este año, la Unión Europea donó USD 53 millones para fortalecer el sistema de protección social. 

¿Pero qué significa todo esto?  Trabajo y más trabajo. Pareciera que lo que menos quieren es dolor de cabeza. 

Importante aclarar que no pretendemos que el Gobierno local asuma el papel de Estado, no, simplemente que cumpla con sus funciones previstas en las leyes.

Con la salvedad que la Dirección de Discapacidad entregó a sus censados unos 155 kits, según informó su directora Mirta Torres.

Tal vez sirva como lección a las autoridades la crisis generada por el COVID-19 y empiecen a enfocar como corresponde los problemas sociales.



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