Y una noche el Rayadito volvió a ganar

Pasaron diez fechas para que llegue un triunfo de 

San Lorenzo./Foto: Sportivo San Lorenzo.

[Análisis y Opinión] El Santo derrotó a noche de visita a General Díaz por 2-1, pasando casi una rueda sin conseguir victorias. Miller Mareco y Ariel Estigarribia fueron los artífices de este triunfo del Rayadito, quien consigue un gran respiro anímico, pero que aún sigue en una situación incómoda en los promedios.

Alguna vez debía volver a sonreír y esa “vez” llegó anoche, donde el Rayadito consiguió una esperada victoria, que se sufrió al final, pero eso poco importó cuando sonó el pitazo final del árbitro Carlos Amarilla.

Por momentos incómodo, sin encontrar su mejor fútbol, pero cuando San Lorenzo le tomó ritmo al partido fue bastante superior a General Díaz, quien también tuvo lo suyo, con remates de media distancia en la mayoría de sus situaciones.

Es más, el Rayadito hasta pudo haberlo goleado cuando el encuentro ya parecía liquidado con el  2-0 a favor, que fueron obra de Miller Mareco a los 38’ PT y Ariel Estigarribia a los 17’ ST. San Lorenzo siguió generando llegadas claras, pero fueron desaprovechadas.

General Díaz ya con todas las modificaciones hechas logró descontar a los 23’ ST a través de Wilfrido Báez, cuando todavía quedaba prácticamente la mitad del segundo tiempo y eso automáticamente fue una inyección anímica para el local, quien buscó de todas formas poder empatar, pero para suerte del Rayadito al portero Sergio Valinotti se lo notó bastante seguro en la portería.

Una vez que el árbitro finalizó el encuentro fue ahí cuando el hincha, aficionado, allegado, etc. del Rayadito pudo decir “por fin ganó San Lorenzo”, esto ante el miedo de que ocurra la misma desgracia que el partido pasado, cuando Capiatá lo igualó sobre la hora.

Esta victoria va traer bastante tranquilidad para prepararse para el partido contra Rubio Ñu, eso es obvio. Ahora, San Lorenzo continúa en zona de descenso directo, donde su promedio ahora es de 0,611. El Rayadito sigue necesitando ganar y el domingo deberá afrontar esa necesidad con el convencimiento propio de que esta guerra aún no se ha perdido.