[Editorial] La imagen que hoy nos deja la Municipalidad es pésima, y esa imagen no necesariamente se alimenta de los comentarios en las redes sociales por personas políticamente bien definidas e identificadas (donde los comentarios pueden resultar interesados, por supuesto sin ánimo de demeritar), más bien la señales surgen del propio estamento municipal y su círculo político, lamentablemente.
Surge en el tapete municipal y político con fuerza cuestiones que no dejan de ser preocupantes (nada nuevo dentro de nuestra clase política, pero…). Los atrasos de salarios de funcionarios que llegan a muchos casos hasta los dos a tres meses (cuestión previsible). En realidad el propio Intendente Ramón Gill admitió que la institución se encuentra en estado de insolvencia, debido a la escasa recaudación, sin embargo, como poder con esa inmensa carga llamado “planilleros” (?), denunciados oportunamente por el Concejal Federico Franco (PLRA), ¿Y cómo no dejar de creer en las afirmaciones hechas por Franco ante la total falta de transparencia en la gestión? Igualmente varias empresas se encuentran pendientes de cobros por diversos servicios, y obviamente la queja no es para menos, ejemplo la Municipalidad adeuda a la Cooperativa San Lorenzo 4.200 millones de guaraníes, dicho sea de paso, entidad que rechazó otro pedido de préstamo de 3.700 millones de guaraníes hace algunos días atrás, que según explicaron fuentes, sería nuevamente para el pago de quien sabe a cuántos funcionarios y contratados.
La pregunta que cabe es ¿De dónde sacaran el dinero para pagar a esa enorme burocracia municipal, así como otros compromisos, considerando que la cooperativa en cuestión siempre fue la institución que sustentó?
A simple vista, el déficit de caja no tiene otra explicación que la excesiva cantidad de funcionarios y contratados entre quienes abundan los operadores políticos, quedando atrás la correcta prestación de los servicios municipales.
Contradictoriamente al discurso de Ramón Gill en su asunción como nuevo Intendente de San Lorenzo, quien prometió transparencia y trabajar a favor de la ciudadanía, además que le gustaría salir por la “puerta de adelante”, pues bien, Gill debería de saber que muy poco está haciendo al respecto.
No se puede seguir adeudando irresponsablemente a cuestas del contribuyente a la Municipalidad para sostener a “operadores políticos”.
Por esta y otras razones, la ciudadanía debería de tomar nota de estos hechos, así como tomar una posición más exigente, de modo a ir superando este tipo de situaciones para finalmente elevar nuestra calidad de vida.
La pregunta que cabe es ¿De dónde sacaran el dinero para pagar a esa enorme burocracia municipal, así como otros compromisos, considerando que la cooperativa en cuestión siempre fue la institución que sustentó?
A simple vista, el déficit de caja no tiene otra explicación que la excesiva cantidad de funcionarios y contratados entre quienes abundan los operadores políticos, quedando atrás la correcta prestación de los servicios municipales.
Contradictoriamente al discurso de Ramón Gill en su asunción como nuevo Intendente de San Lorenzo, quien prometió transparencia y trabajar a favor de la ciudadanía, además que le gustaría salir por la “puerta de adelante”, pues bien, Gill debería de saber que muy poco está haciendo al respecto.
No se puede seguir adeudando irresponsablemente a cuestas del contribuyente a la Municipalidad para sostener a “operadores políticos”.
Por esta y otras razones, la ciudadanía debería de tomar nota de estos hechos, así como tomar una posición más exigente, de modo a ir superando este tipo de situaciones para finalmente elevar nuestra calidad de vida.
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