Por Sergio Velázquez
El Rayadito mostró mejoría en su victoria ante Santaní. Ganar era el primer paso, porque a partir de allí se viene el resto, sobre todo en el aspecto de la confianza personal de A o B jugador.
Sin ser el protagonista del partido, el equipo, hoy día dirigido por Pedro Osvaldo García, logró cosas que antes, en otras condiciones, no las conseguía. Ejemplo, hacer más de dos goles en un partido, o que en los goles se luzcan los delanteros, etc. La confianza que Pedro Osvaldo le dio a un cuestionado Vargas, para estar sólo en el ataque, y que éste le retribuya con los goles que sirvieron para la victoria.
Otro acierto del DT. El haberse jugado con el chico Diego Valdez, quien ya venía marcando una cierta diferencia en la Reserva, y estaba al caer una oportunidad en Primera; García lo sabe mejor que nadie. El jugador lució, no le pesó para nada la camiseta y marcó un bonito tanto.
En algunos aspectos definitivamente se mejoraron, sin la necesidad de limitarnos a decir de que "un partido no es suficiente para evaluar la evolución"; al contrario, si en un partido hiciste mejor las cosas que en los otros seis, vale la pena resaltarlo.
Pero por su puesto que todavía están otros detalles que corregir. El sector defensivo anoche fue un peligro para el arco de Quiñónez. Si Santaní estaba más encendido o más preciso, capaz hubiera terminado de otra manera y esas cosas García no debe permitir a su equipo, a quien se le viene más partidos claves de aquí en adelante.
La punta del campeonato aún está un poco lejos para San Lorenzo, pero no se debe precipitar. El campeonato es larguísimo y esta fase de mejoría deberá seguir, y a medida que se den los triunfos se irá haciendo más fácil.
Ojalá esta victoria sea el despegue para este plantel, que de a poco va demostrando tener carácter para sobrellevar un objetivo como el de subir a la Primera División.
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