[Editorial] En los últimos dos periodos de Gobierno Municipal San Lorenzo ha registrado un aumento considerable de estaciones de servicios, algunas de ellas en abierta violación de la ordenanza y quien sabe cómo estarán las demás, lo cierto es que el Ejecutivo Municipal mantiene en secreto la situación de las mismas, puesto que ni siquiera ha respondido a los pedidos de informes de algunos concejales, y estos a su vez no han aprobado ningún surtidor, tanto del presente periodo como el anterior. Entonces, resulta inevitable no sospechar que las estaciones de servicios “se estén cocinando” en algún rincón oscuro de la Municipalidad. Llama la atención que el Intendente no escuche ni vea este asunto; en cualquiera de los casos, urge que inicie una pesquisa y sancione a los funcionarios corruptos.
En los últimos dos periodos de Gobierno Municipal San Lorenzo ha registrado un aumento considerable de estaciones de servicios, algunas de ellas en abierta violación de la Ordenanza Municipal Nº 24/2.011, y quien sabe cómo estarán las demás. Es conveniente poner de ejemplo el surtidor que se encuentra en la esquina de Saturio Ríos y 10 de Agosto, y solo a unos escasos 50 metros se halla ubicada una conocida universidad, ambas habilitadas en el Gobierno de Albino Ferrer.
Según la ordenanza, ninguna estación de servicio puede ser habilitado a menos de 150 metros, de cualquier institución educativa, de salud pública o privada ya existente. Así como ninguna institución educativa o sanitaria, pública o privada, podrá ser construida a menos 150 metros.
Por otra parte, en julio pasado el Concejal “Lilo” Domínguez (ANR) solicitó informes al Ejecutivo Municipal sobre el funcionamiento de las actuales estaciones de servicios; las cuales no contarían con la aprobación de la Junta Municipal, pedido que aún no fue respondido por los funcionarios del área involucrada.
Así también algunos concejales reelectos han comentado que ninguna respuesta se ha tenido en el anterior periodo sobre unos pedidos similares, y menos alguna aprobación al respecto.
Por lo tanto, resulta inevitable no sospechar que las habilitación de estaciones de servicios “se estén cocinando” en algún rincón oscuro de la Municipalidad.
Llama la atención que el intendente no escuche ni vea este asunto.
Aunque en honor a la verdad, Ferrer ya ha admitido en varias ocasiones desconocimiento sobre algunos temas que ocurren en la Municipalidad, y que son de su más entera jurisdicción, lamentablemente.
No está demás decir que un intendente no puede dejar de saber qué es lo que está ocurriendo en su “casa”, y menos con la experiencia de Ferrer que ya se encuentra por tercer periodo consecutivo al frente de uno de los municipios más importantes del país, “viejo político”; para ello se supone que sus colaboradores de confianza deberían de mantenerlo al tanto y asesorarlo, pero sobre todo él debería de mostrar el interés que corresponde.
En cualquiera de los casos, urge que inicie una pesquisa en direcciones como planificación u otra que estaría eventualmente comprometida y sancione como corresponde a los funcionarios corruptos.
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