Lo “no tan malo” dentro de lo malo

[Análisis y Opinión] El resultado ante River no fue el que esperábamos. En eso parece que estamos todos de acuerdo (medios de prensa, hinchas, socios, dirigentes, plantel y entrenadores). Difícilmente hallemos una persona que diga “éste fue un punto de oro”. Hubo aspectos que señalar, buenos y malos, pero que finalmente dejan la evocación de que se puede mejorar. Ya no estamos en la B. En esa división empatar (hasta de visitante) sí que era malo; en Intermedia no tanto.



Por Sergio Velázquez


El domingo, el equipo fue de menos a más, claramente. Empezó mal y terminó casi del mismo modo el primer tiempo, donde, para nuestra fortuna, encontramos un empate que, a esa altura, no merecimos. La paridad llegó en el peor momento de San Lorenzo, cuando era muy notoria la superioridad del rival, y sirvió para que el equipo se saque esa tensión que se instaló desde el gol recibido a eso de los 16 minutos, más o menos.

La mejor versión del onceno que conduce Orteman se vio en la complementaria. El Rayadito fue otro. Tomó el papel protagónico, generó constantemente ocasiones de gol, pero no las concretó por esas cosas que tiene el fútbol. Pudo haber sido una goleada, sin dudas. Entonces esa sensación de que merecimos ganar da la pauta de que no todo estuvo mal. Porque peor hubiera sido empatar jugando a nada, o perder. Hay cosas que, si se pulen a tiempo, harán que el equipo encuentre algo de perfección y ayude a obtener los resultados necesarios.

Pero claro, las chances que no se aprovecharon, los puntos perdidos como local, hacen que, de alguna forma nos preocupemos; eso es obvio. Era el momento en que se debía demostrar el producto obtenido de un equipo recientemente campeón, con buenas incorporaciones y con una pretemporada realizada de la mejor forma posible.

Cuando hablábamos de una “prueba de fuego”, lo hacíamos por referencia a todo un poco. Por ser el primer partido, por jugar de local y simplemente porque somos San Lorenzo papá…. Somos candidatos a subir siempre. También por los jugadores, por aquellos que llegaron como incorporaciones (y que ya tuvieron la suerte o hicieron los méritos para ser titulares), además de las figuras que se destacaron en la última temporada para ascender a Intermedia, para ver si rinden del mismo modo que en la B. Todo eso, y quizás mucho más, estuvo en juego.

Hubo cambios que le dieron otro funcionamiento al equipo. En el arranque del segundo periodo, entró Rodrigo Báez, y unos minutos después tuvo que salir lesionado Ripoll y a su vez ingresó Carlos Díaz, quien posiblemente sea la única solución arriba, porque otro delantero de su altura no hay en el plantel, a menos que “Mudo” Valdez suba, como ya pasó alguna vez. A pesar de que esa segunda modificación se dio de manera accidental u obligatoria, fue la más significativa para que San Lorenzo genere peligro arriba. Entonces, parece ser que Díaz, necesariamente, debe ser titular. Y a él lo tiene que acompañar Romero o Ripoll, lo cual quiere decir que uno de estos dos tendría que salir. No sería fácil decidir a quién de ellos “sacrificar”; pero yo lo mantendría a Ripoll, porque, muy a pesar de su juventud, es el más vivo de todos. Mentalmente le lleva un par de escalones al resto, así como Valdez.

De Rodríguez y Vera se espera mucho más. Castillo también estuvo bajo, Valdez jugó algo desordenado y eso no suele ser común en él. Rivarola, salvo en el centro que mandó espectacularmente para el gol de Romero, estuvo siempre desacomodado, y arriba no pasaba nada interesante con Ripoll y Romero, hasta que entró Díaz.

San Lorenzo cuenta con un amplio plantel, en donde hay calidad. Es tan amplio que armar un equipo titular es un lindo problema. Pero el presente nuestro lo amerita, porque como nunca antes (o muchísimo tiempo después) apuntamos a dos objetivos: el primero y más importante es ascender, categóricamente; y la Copa Paraguay, que es más secundario, la cual te da la posibilidad de jugar la Sudamericana si la ganás.

Otro detalle señalado al principio y a tener en cuenta. La Intermedia otorga dos cupos directos para el ascenso, no uno solo como en la B. Ese factor te permite dar el lujo de perder más puntos que en la B. En la B había que salir campeones (y vaya suerte que lo fuimos), acá eso ya no es obligación. No digo que seamos conformistas y no apuntemos al título; es solo otro dato relevante a tener presente, para no caer en esa desesperación, que generalmente juegan en contra y nublan cualquier buena idea que se pueda tener.