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20 de marzo de 2018

“Otro inadmisible atentado contra nuestro patrimonio”, escribió historiador

Silvio Avalos Sánchez, conocido historiador de la ciudad, se pronunció sobre el polémico “mejoramiento de la plaza Cerro Corá”. A través de su cuenta en Facebook, calificó de “… atentado contra nuestro patrimonio”, además puso en duda el dominio municipal, junto a una serie de interrogantes.

Vista desde la calle Coronel Bogado entre Rodríguez de Francia y Coronel Romero./ Silvio Avalos.

A continuación el "post"  in extenso:


OTRO INADMISIBLE ATENTADO CONTRA NUESTRO PATRIMONIO, ESTA VEZ DIRIGIDO AL CORAZON MISMO DE NUESTRO CENTRO HISTORICO.

Estas son fotos tomadas ayer, domingo 18 de marzo, en el más antiguo y emblemático espacio público de San Lorenzo, y uno de los pocos que hasta ahora se había salvado de la sistemática rapiña de los “mburuvicha” de turno: La plaza “Cerro Corá”. Se trata de una construcción, ya alcanzando la altura del techo, que abarca aproximadamente unos 50 metros sobre la calle Coronel Bogado entre Rodríguez de Francia y Coronel Romero.

Cuando pensé que ya estaba curado de espanto en cuanto al desinterés de nuestras autoridades hacia el patrimonio histórico-cultural de la ciudad, aparece otra muestra de que su irresponsabilidad para seguir autorizando más y más de estas atrocidades evidentemente aún está lejos de llegar a un límite.

La construcción está avanzando aceleradamente en el marco de un “convenio de cooperación” entre una empresa privada y la municipalidad local. 

Al respecto me caben varios interrogantes que espero tengan respuesta en los próximos días, de manera a satisfacer mi curiosidad. Obrando en el Archivo Nacional de Asunción los documentos que comprueban que la donación de los dos solares (predio del templo y de la plaza) se realizó a favor de la iglesia en el momento del traslado de la ciudad a su nuevo asentamiento, ¿podrían informarme desde qué año, y en virtud de qué documento la plaza luego denominada Cerro Corá pasó a ser de dominio municipal?

¿No se están violando derechos ambientales, socio-ambientales, culturales, de la comunidad? ¿Se realizaron estudios de impacto ambiental? ¿Antes de la firma del convenio, nuestras autoridades se detuvieron a analizar con detenimiento los planos? ¿Está en este momento la obra construyéndose cumpliendo estrictamente lo determinado en las cláusulas y en los planos presentados? ¿Qué derecho tienen nuestros “representantes”, que son aves de paso con mandato transitorio, de tomar decisiones que tienen tan grave efecto en la vida de la comunidad sin siquiera tomarse la molestia de informar a sus mandantes y escuchar sus opiniones en audiencias públicas?

Este insólito caso solo es comparable con aquel otro de hace unos veinte o más años, fruto de la descabellada idea de un cura párroco de construir salones comerciales prácticamente adosados a la iglesia. Tal fue la reacción de la ciudadanía, que finalmente tuvo que meter violín en bolsa e ir con su música a otra parte.

El siguiente paso, la guinda de la torta, sería alquilar o vender también el lado oeste de nuestra plaza al Salón de Velatorios ubicado enfrente, y en el acto de entrega asistir todos juntos, impávidos, apáticos, y cómplices por omisión como siempre, al lugar donde reposará en su última morada lo último que quedaba de nuestra dignidad como sanlorenzanos.


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