Por Sergio Velázquez
No es para cualquiera. Ganar todo lo que conquistó. Obtener dos Libertadores, con dos clubes de distintos países, no es para cualquiera. Ser ídolo en Olimpia no es para cualquiera, y ser DT campeón, ascendiendo dos categorías en forma consecutiva, tampoco. Por eso y mucho más, Orteman se ha metido en la historia de un club que debería ser gigantesco, y que con él puede dar ese salto, quién sabe.
No importa cómo quieran contar la historia, si su equipo jugó bien o mal, o si a veces gana de pedo, o si el tipo tiene “un santo aparte”. Esa historia, sin tantas vueltas, dirá que el uruguayo es un ganador nato. Las críticas por supuesto que seguirán, así como siguieron durante toda esta temporada, mientras él ganaba y ganaba, hasta depositarlo a San Lorenzo en Primera.
¿Alguien recuerda algún proceso que haya durado en San Lorenzo? ¿Se dio alguna vez que el Rayadito mantenga a su entrenador dos temporadas? Los historiadores sabrán responder, pero lo de Orteman se da por resultados, porque en el país en el que vivimos un entrenador no suele subsistir en una institución. Pierde dos partidos y chau. No hay proceso que dure sin resultados positivos. Con Orteman se da justamente por eso, ganó mucho más de lo que perdió y se puede pegar el lujo de continuar en crecimiento, siempre y cuando decida afirmarse en el cargo.
Orteman se irá del club cuando él quiera, cuando él decida poner punto final a un proceso exitoso en lo deportivo. Tiene ese privilegio, se ganó el respeto y consideración de la afición misma, y nadie pedirá su cabeza. Su equipo podrá jugar horrible y aún así no habrá quien se anime a discutirlo. Entró al fútbol para ganar, y el Rayadito disfrutó, y ojalá siga disfrutando, de tenerlo.

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