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3 de mayo de 2015

¡Hasta cuándo!


No pasa nada con el Rayadito./Foto: Archivo Sportivo SL.


[Análisis y Opinión] La situación del Rayadito sigue empeorando, ya que anoche volvió a caer, esta vez en su visita ante Nacional 0-2 y faltando cinco fechas para el cierre del Apertura, San Lorenzo acumuló su duodécima derrota.







Por Sergio Velázquez 


No hay caso con este equipo. El Rayadito no puede levantar cabeza, el campeonato a medida que va terminando se le está haciendo más horrible, tanto así que San Lorenzo está por batir el récord de ser el equipo con menor puntaje desde que en Primera compiten doce equipos (2007).

Esta vez quien lo venció fue Nacional por 2-0, un gol en cada tiempo. El primero llegó cuando apenas concluyó el primer minuto del juego, desde un córner ejecutado por Marcos Acosta, donde la pelota fue con una comba interesante hasta que cabeceó Julio Santa Cruz. Baldazo de agua fría para el Rayadito; mientras que el segundo para Nacional fue a través de Cristian Colmán a los 11’ ST, definiendo ante una dubitativa salida del golero Víctor López, quien a pesar de ese error tuvo estupendas tapadas, evitando que San Lorenzo perdiera por goleada ya en el primer tiempo.

El Santo también tuvo sus chances, aunque no demasiadas claras. Pero nuevamente la falta de inteligencia en las definiciones de algunos jugadores, hizo que el equipo pagara esas consecuencias. Es la primera victoria de Nacional desde que asumió Daniel Raschle, justo ante el Rayadito, club en el que no lo tienen como bien recordado en su paso por la institución.

La situación de San Lorenzo se complica cada vez más. Este era uno de los rivales “ganables” para sumar un puntaje tranquilizador en el cierre de este campeonato, pero se volvió a fallar.  Si se sigue de esta manera no habrá de otra que pelear el Torneo Clausura, para lograr el objetivo de permanecer en Primera.

Varios estarán “podridos” de los análisis que hacemos los de la prensa, con tantos cálculos y cálculos, nosotros mismos lo estamos, pero mientras las chances sigan existiendo no queda otra; total, soñar no cuesta nada.

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