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17 de abril de 2018

Se debe parar con el ultraje a la plaza Cerro Corá, patrimonio nacional

[Editorial] Con las obras que se están llevando a cabo en la plaza Cerro Corá a evidente interés de un futuro centro comercial y vaya uno a saber a qué costo, independientemente a la proporcionalidad: resulta un grave ultraje para muestra cultura, consecuentemente está visto que las autoridades municipales no tienen ningún respeto y menos amor, empezando por el intendente Albino Ferrer, pero si aún les queda algo, deben parar con este avasallamiento.


Desde hace semanas la municipalidad encara junto a una empresa Asesora Sudamericana S.A. una remodelación de la plaza Cerro Corá, sobre la calle Coronel Bogado, acorde a las necesidades comerciales de los que será el futuro centro comercial “Paseo La Catedral”.

De esta forma sin importar absolutamente están avasallando un bien cultural de todos los sanlorenzanos que es considerado patrimonio nacional, que como tal está protegido legalmente.

En tal sentido el Ministro de la Secretaría de Cultura, Fernando Griffit, remitió tras una verificación de las obras una nota al intendente Albino Ferrer para que paren con los trabajos, debido a que se hallan “en contravención de normativas referentes a la protección del patrimonio nacional”.

Aclara que “la ciudad se halla bajo amparo de la Resolución N° 28/2002 de la Dirección General de Bienes Culturales, del Ministerio de Educación y Cultura”, que por “Decreto Ley N° 2.973/2006 establece en su Artículo 1 Declárese Patrimonio Histórico Nacional”, entre otros, a “la Catedral de San Lorenzo”.

Precisa que la Ley 5621/16, en su artículo 5, inciso K, establece que los “bienes culturales que integran el patrimonio” comprenden la categoría de “los conjuntos y sitios”, definidos así: “Entiéndase por conjuntos y sitios los lugares de arquitectura, unidad, identidad, significación histórica o integración con el paisaje, les otorga un valor especial desde el punto de vista urbanístico, ambiental, paisajístico, estético o histórico. El entorno forma parte de los conjuntos y sitios”.

De acuerdo a la nota, la municipalidad no gestionó ningún permiso.

Según el artículo 22 de la misma ley: “Las obras a ser realizadas en un bien cultural, requieren para su inicio la debida autorización de la Secretaría Nacional de Cultura, en concordancia con la emitida por las autoridades locales.

Por esta razón diversos sectores de la sociedad sanlorenzana han lanzado su total rechazo, con la salvedad de aquellos que guardan un desvergonzado interés común, sea político o económico.

La escueta argumentación es que “no se está derribando, no se está haciendo ningún mal, que por el contrario son mejoras para la ciudad”.

En respuesta, es preciso señalar que no se trata de estar en contra de la modernidad, no; más bien de su conservación, de ese estilo arquitectónico que ha trascendido tiempos y que muestra junto a la Catedral un valor paisajístico trascendental, al igual que muchas otras ciudades que conservan un mínimo de su casco histórico. 

Suficiente desnaturalización ya se ha hecho con su absurdo enrejado, un proyecto que ni siquiera culminó.

Si tanto les preocupa la modernidad -que desde luego corresponde- tanto el intendente y los concejales se deberían de ocupar del plan regulador que necesita la ciudad, así como del cumplimiento de las ordenanzas o lo básico: el lamentable estado de las calles.

Todo hace sospechar que “hay algo más” que ese deseo de modernizar la ciudad, puesto que no se actúa consecuentemente, tampoco se ha procedido por lo mínimo como corresponde, se violan leyes, se avanza contra una mayoría que dice no al ultraje.

Si aún a este Gobierno Municipal de Albino Ferrer le queda algo de amor a la ciudad, a su cultura, en especial a su historia, debe de parar con este grave desprecio y obrar como el pueblo lo reclama: defender los intereses de la ciudad y no prestarse desfachatadamente a intereses económicos.  

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